Nuestra Preparatoria está cumpliendo 31 años. Celebramos un año más con la innovación educativa: una fiesta con la que transformamos nuestros procesos de aprendizaje. Como todo cambio, seguramente causará desconciertos, temores, quizá resistencias, pero así como en el 2003 se implementó la Metodología 55, alcanzando mejores niveles de aprovechamiento y eficiencia terminal, ahora la autogestión curricular ha llegado para re orientar el trabajo de estudiantes y docentes hacia la superación del estancamiento institucional y hacia la construcción de una comunidad sustentable. La autogestión curricular parte de los desatinos y limitaciones de los planes de estudio oficiales, modelos que buscan la homogeneización de las personas, la estandarización de las actividades escolares y la simplificación de los procesos de conocimiento, y se encamina hacia el respeto a las diferencias entre los sujetos y las comunidades; hacia la diversificación de las tareas escolares, mediando diálogos acuerdos y compromisos; y, hacia una racionalidad ambiental como entorno del saber, donde el conocimiento siempre es inacabado, el futuro es incierto, la naturaleza es omnipresente y el universo cambiante. Hemos reconocido en estas tres décadas que requerimos conocernos a nosotros mismos y que requerimos prepararnos para la lucidez que nos conduzca por caminos impensados, sabiéndonos seres llenos de emociones. Los y las maestras sentimos malestar y optimismo, poseemos anhelos y utopías, los y las estudiantes transitan de la adolescencia a la adultez forjando identidades y autoconceptos. Docentes y estudiantes compartimos la vida en bachillerato y apostamos a que en este tiempo hagamos presente en la escuela a la ciencia, a la tecnología, a la ética a los lenguajes, no para aprobar o reprobar, sino para emocionarnos y para confrontarnos con nuestros deseos. Autogestionar el currículum propio, el de un grupo o el de la comunidad es una praxis creativa que inicia en las clases y las materias, pero que se deriva hacia múltiples posibilidades y sentidos. Esas derivaciones en el aprendizaje tienen más importancia para la vida y la satisfacción, que para las calificaciones y los certificados, por ello, las actividades escolares serán coordinadas en los grupos por equipos de autogestores del saber: equipos de cuatro profesores o profesoras con los que los y las estudiantes pueden interactuar para apoyarse mutuamente en la conquista de la sabiduría, el respeto de la otredad y la emancipación. Cada quien distinto aprende a su modo lo que le emociona y lo que requiere en la vida. La voluntad de saber es más importante que la obligación de trabajar y de asistir. Aprenderemos nuevos conceptos, nuevas teorías, nuevas formas de producir nuestro propio saber. Construiremos un ambiente escolar de participación comprometida, en diversos quehaceres como la investigación, la organización y planeación, la formulación de proyectos, la difusión de la cultura y el arte, la vinculación con las luchas sociales. Emprenderemos nuestra reforma educativa para comprender nuestro entorno y para involucrarnos en la transformación socio ambiental. Porque otro mundo es posible, porque la escuela y el aprendizaje deben ser distintos, y porque queremos seres humanos y generaciones distintas. 19 de Agosto de 2019. |